A continuación, reproduzco un artículo de opinión publicado en el diario ADN con fecha 28 de enero de 2008, redactado por JUAN FREIRE
24 de Enero de 2008 | Juan Freire
El "modelo Benidorm": un ejemplo de eficiencia
La planificación urbana es el territorio del control absoluto. En España, y especialmente en los últimos años, vivimos un modelo de gestión que deja pocos detalles urbanos a la decisión de ciudadanos y/o a la iniciativa privada. Las alturas de los edifcios, la densidad de viviendas, los usos permitidos o prohibidos, los materiales y al estética de las fachadas ... Todo se define a priori, y hasta el último detalle, en el plan de ordenación que se prepara antes de que se inicie el proceso de desarrollo urbanístico.
Los recurrentes problemas y conflictos urbanísticos que surgen a lo largo de la geografía española (y de prácticamente cualquier ciudad mundial) son utilizados por muchos para defender la necesidad de incrementar el control del desarrollo a través de normas y planes. Pero, también podría interpretarse en sentido contrario. ¿No serán estos problemas el efecto perverso de un sistema de reglas demasiado estricto? Una ciudad es un sistema complejo cuya dinámica depende de innumerables factores difícilmente predecibles y, mucho menos, controlables por un ente centralizado actuando al margen del resto de actores que hacen ciudad. Por tanto, pretender que mediante un plan a priori, que por otra parte sólo afecta a la parte tangible de la ciudad, se pueda determinar el futuro de un área urbana parece un objetivo poco realista.
¿Existen alternativas? Posiblemente pasen por un cambio profundo de paradigma de modo que, en lugar de definir de modo estricto el resultado final deseado del proceso de desarrollo, se fijen unas pocas reglas que diseñen un escenario sobre el que la iniciativa privada, las comunidades y los ciudadanos puedan crear su propia ciudad adaptada a sus necesidades y a las oportunidades de desarrollo económico. Esas "pocas reglas" definirían el "escenario de juego" y deberían introducir transparencia en todo el proceso.
Un buen ejemplo de este cambio de paradigma lo tenemos en un caso que a muchos parecerá contra-intuitivo. Benidorm ha sido denostado en muchas ocasiones por su modelo urbano y por la tipología del turismo que atrae, mezclándose muchas veces ambas críticas cuando no están necesariamente asociadas. En realidad el Benidorm como ciudad turística nació hace pocas décadas y creció como una ciudad compacta y de muy elevada densidad. Hoy en día, se acepta ya que la densidad genera eficiencia energética, y por tanto es fundamental para la sostenibilidad ambiental. Del mismo modo, los modelos de ciudad densa se han revelado como espacios donde se desarrolla con mayor intensidad la innovación y la creatividad (más aquí). Tanto es así que incluso El País, en los últimos tiempos azote de lo que han venido en llamar de modo indiscrimiando "urbanismo salvaje", reconocía hace poco que Vivir hacinados es más 'verde' proponiendo esta hipótesis que contradice buena parte de su línea editorial en los últimos tiempos: "La ciudad vertical respeta más el medio ambiente - ¿Y si Benidorm no estaba tan mal?".
El problema de Benidorm no fue tanto su modelo inicial de desarrollo sino la evolución más reciente tanto de la ciudad como de su entorno hacia un modelo suburbano de ocupación extensiva del territorio con bajas densidades. Por otra parte, la casi permanente amenaza de una crisis de su modelo de turismo de masas se ha utilizado en muchas ocasiones para intentar demostrar, sin ninguna relación causal, los males del modelo vertical.
La cuestión sería por tanto como lograr un modelo de ciudad densa. En este aspecto, la historia de Benidorm nos puede dar algunas claves. De hecho, esta ciudad "se construyó" con unas pocas reglas urbanísticas y dejando a la iniciativa privada la mayor parte de las decisiones. Por esa razón, surgió una ciudad vertical con una densidad elevada. Además la propia eficiencia en los desplazamientos internos en las torres de apartamentos y hoteles provocó una homogenidad de alturas, y como consecuencia un efecto estético atractivo.
En uno los podcastsde Scalae, Félix Arranz entrevistó al sociólogo navarro Jose Manuel Iribas (José Miguel Iribas, socializador de arquitecturas, mp3), una de las figuras centrales en el desarrollo de planes urbanísticos en España y un defensor del "modelo Benidorm" que huye de maniqueismos y visiones simplistas de las ciudades. Iribas explica en esta entrevista la génesis del Benidorm hiperdenso explicando las claves que comentábamos antes.
Por otra parte, el estudio de arquitectura holandés MVRDV y su proyecto / libro Costa Ibérica, especularon con un Benidorm aún más hiperdenso como única opción sostenible en la costa mediterránea. Como explicaba en su momento: ... señalan que el modelo de urbanización disperso (ciudad difusa) es el principal problema del desarrollo urbanístico de la costa ibérica, y en especial del Mediterráneo. En zonas de elevada densidad de población (sean residentes o turistas), las concentraciones de elevada densidad (ciudad vertical) son las opciones de menor impacto ambiental. A partir de esta idea, que desarrollan a partir de un análisis fotográfico y estadístico de la realidad de la costa ibérica, elaboran una propuesta sobre un futuro Benidorm "hiperdenso" como ejemplo de eficiencia ambiental.
Si desean consultar la publicacion original del artículo, pulsen en el siguiente enlace.
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